miércoles, 15 de agosto de 2012




MÚSICA LIBRE

Reflexiones sobre la improvisación sonora autodidacta




por Diego Abdul Galceran
contacto:
casimiroaudio@gmail.com

co-elaborador Grga Pratakovich

Dedicado a mi hermano Grga con quien emprendimos este viaje juntos.
Dedicado a Lady Dady  dj Panda, al Leopardo Holograma Tokio bailando  
psicoldelicamente “New Fables” de Charlie Mingus, a Wade Mattews,
al Enano Michel de Guatemala, a mi princesa Rusa Ivana, y a todos los millones de músicos “mediocres”, 
músicos libres en potencia.

La Floresta /Uruguay
2009










 



Contenido



Prólogo

5     Una liebre, un pato y un ratón a cuerda,
por Grga Pratakovich


Música Libre

 9    Lo efímero de la improvisación
10    Sobre las formas prefabricadas
11    Por la libertad del músico y la metamorfosis del público
13    La autodidáctica de la improvisación libre
14    Malabaristas sonoros
16    Música libre


Música sinérgica

19    Música sinérgica
23    Vida y muerte de una improvisación grupal,
       por Grga Pratacovich
25    Los parásitos y la muerte de la música


Epílogo

27    A la ILESA no le importa Bach !!!
(Segundo Manifiesto Casimiro)


Apéndice

29    Feng Shui sonoro
       y manifiesto contra la amplificación















“Ser artista es una posibilidad que todo ser humano tiene, independiente del oficio, carrera o arte.
Es una posibilidad de desarrollo pleno, de plena expresión, de derecho a la felicidad.”
                      
                             Grupo Ta na rua



“En la música, la hegemonía del ritmo 2/4 y 4/4 debe ser destruida. Precisamos de una música nueva, totalmente insana, pero que afirme la vida, rítmicamente sutil pero poderosa, y precisamos de esa música AHORA.”
      Hakim Bey “Caos”                                        

      















PRÓLOGO





Una liebre, un pato y un ratón a cuerda

“La tribu de macacos está desacatada y esto es   motivo de fiesta. La música resuena en las paredes del castillo, bailan hasta las arañas. Sus telas de delicada seda, se dibujan y entretejen en armónicos cromáticos…
Pero el Vizconde se esconde, le teme a la gama, le huye a la trama.
Sólo si baila se salva, con el coro de olas en la caracola.”

                    “Las aventuras del Vizconde de Nácar”
                                                           Gabriel Arioni


La improvisación ha sido herramienta de creadores desde que el arte es arte. Esto es obligado porque el artista creador no cuenta con el material artístico hasta que lo expone. Lo debe buscar de mundos agresivos, la nada y el caos. Por esto el arte es caos, libertad y guerra.

Pero el estado del improvisador es inestable y el arte busca la estabilidad de algo, quizás de una forma y, mas aun, de la comunicación de una forma. Por eso el arte es repetición, razón y sumisión.

Estos dos polos atractores no son exclusivos del arte, (tampoco de la razón o la guerra), y mas que oponerse se juntan en mas de un punto, relacionándose y retroalimentándose como dos víboras enroscadas.
Es el arte como espectáculo y producto de comercio quien desequilibra esta relación, favoreciendo la repetición por sobre la innovación. La especulación del mercado manda: mucho de lo mismo, lo que funciona y vende y poco de lo nuevo, lo inestable, lo irreconocible.
Queda de todas maneras una brecha de luz para el creador, la búsqueda de nuevos nichos, la colonización de tierras aun no reclamadas.

Sin embargo el riesgo es alto y veremos épocas de especulación de innovación pero primará la repetición y la búsqueda de acoplamiento.

Pero nosotros hablamos del arte para el espíritu, para el regocijo íntimo de los hombres o los pueblos. Y no importa que forma tome éste si llena de gozo, si es poema cantado o baile del cuerpo. Y es quien canta y quien baila el que mejor improvisa. Y el que mejor improvisa es el que mejor se comunica pues es múltiple y dúctil y se acopla con quien sea cuando quiera.

Quizás el texto que prologamos sea un llamado de alerta al terreno perdido por la belleza primera del arte, el placer del artista creador, el que produce el sentido que goza sentir. El bucle gozoso!
Y que debe hacer un artista que no disfruta el arte que produce?, debe cambiarlo!. Como pueda y en cuanto pueda.
Este texto propone un cambio de paradigma en la producción de arte, un giro de alfa grados en derredor de nosotros mismos, si es que lo necesitamos y lo deseamos. Este texto se propone reflexionar y refaccionar el concepto de la improvisación musical, y quizás sugerirla como una disciplina a su vez autónoma, un terreno fértil a explorar en busca de apetitosos frutos de la dicha individual y grupal.

El improvisador no es un demente del caos ni un autómata robótico, mas bien es un malabarista, adicto a la velocidad del acontecimiento, a la pericia y a navegar la delgada línea del control cerca del descontrol. Si ya tiene barba gris es posible que haya nadado en varios mares y que conozca tanto las olas fuertes como las arenas blancas y calmas. En el viven desfiguradas y combinadas mil melodías ritmos y sonidos, escuchados y producidos, agazapados para capturar una improvisación, negándose a la desaparición en la nada.

Esta es la picardía del improvisador y su sabiduría: de una pequeña caja pueden salir una liebre, un pato y un ratón a cuerda.




Solo resta oír hablar a esta tribu de monos Casimiro, péndulos entre la meditación y el salto al vacío, los improvisadores.

Nunca es mala idea aguzar la oreja: cantan los macacos coplas doctas, pero poco ortodoxas!

                                                                                   Grga Pratacovich























MÚSICA LIBRE








Lo efímero de la improvisación

Nadie piensa en retener consigo mismo una fogata; cuando se quiera se hace otra.
Como en un fuego a leña, lo efímero de una improvisación es parte de su belleza.
Es ella aquí y ahora, única, irrepetible, viva, transformándose, bailando y moviéndose hasta el final, hasta la muerte en el silencio que todo lo engulle,  pero que también es la madre de todas las improvisaciones del futuro.
Las próximas improvisaciones están latentes en ese tiempo de no-acción, escondidas debajo del silencio, prontas para surgir de las cenizas de sus predecesoras.
Nuestra improvisación no nace del vacío, sino que surge de los restos de otras.
Cada improvisación es un fragmento de tiempo nacida de una semilla que contiene en su memoria ADN, todos los fragmentos anteriores que se encadenan formando redes sub-concientes como raíces que buscan el camino hacia el exterior.
Lleva años tocar lo que uno toca en diez minutos.

“Para que la música esté viva, tiene que morir, para volver a nacer.
Viven y mueren pequeñas creaciones inmateriales, únicas, invisibles, irrepetibles.
El ciclo de la vida incluye la muerte.”
                                    
Macaco Casimiro


“El milagro de la renovación, mi amor, es la no repetición de la repetición.”
                                     
       Nazim Hikmet.1958




Sobre las formas prefabricadas

El improvisador extrae forma del caos, evita las estructuras rígidas y su música surge fresca y única de esta independencia de formatos.
Un músico libre es creador, ya no sólo intérprete. No busca hacer música dentro de un estilo determinado o de una estructura prefabricada por otros.
Es independiente de los estilos; él es el creador de su música y toma libremente cuando quiere los estilos de otros para su composición efímera en tiempo real.
Este proceso de creación continua de la música es un proceso orgánico, donde lo viejo es reciclado o apartado por lo nuevo.

                                                
       “Repetirás, más serán cosas tuyas.”

                                                                                 Grga Pratakovich


“La originalidad creadora siempre
implica un desaprendizaje y un reaprendizaje, un deshacer y un rehacer. Ella determina la ruptura de estructuras petrificadas, deshaciendo la solidez de las matrices que perdieron su utilidad y recomponiendo otros sistemas de funcionamiento más integrados. Y todo ese proceso suele ser enteramente inconsciente.”

                                                                                    Carlos Fregtman






Por la metamorfosis del público y la libertad del músico

                                                       1

Hay músicos que por la presión de tocar en público no se liberan.
Primero la música es para el músico, luego para el público.
Un músico libre es arriesgado, toca lo que quiere escuchar, y decide cuando es el momento y lugar para dar comienzo a su creación.
Esta exploración puede ser de interés para otras personas, pero tienen que ser concientes que la música que surge es una manifestación de la búsqueda incesante del músico libre para si mismo, y no para entretener a un público.
Un músico libre hace cómplice al público del proceso siempre renovado de aprendizaje de la creación continua de su música.

La música libre exige un público totalmente atento, que escuche profundamente lo que ocurre a su alrededor, que siga la búsqueda del músico, percibiendo cuando éste encuentra una forma y la mantiene, como la deshace y continúa en su exploración, transformándose en escucha activo.

La creación musical es inherente a todo el mundo: cualquiera  puede disfrutar haciendo su música, por esto el escucha activo es un músico en potencia. Para dar el paso hacia el músico libre, basta superar los miedos y la vergüenza, tener auto-confianza e interés en desarrollar un lenguaje sonoro único e individual.
La valentía es la llave para la auto-evolución.



                                                         2

Ser mejor músico significa poder avanzar hacia una música con la cual uno se sienta totalmente satisfecho.
El músico tiene responsabilidad con él mismo, porque la música, su música, es su máxima recompensa. Si no te gusta lo que escuchas, haz tu propia música.
Llamamos “bucle gozoso” al proceso circular por el cual un músico toca lo que quiere escuchar.


“Yo hago música como meditación, no me interrumpan.
Nosotros apenas sabemos improvisar.
No nos pidan canciones de otros,
escuchen lo que tenemos para dar.”

                                   Macaco Casimiro
















La auto-didáctica de la improvisación libre


“A hablar se aprende hablando, a improvisar se aprende improvisando.”
                     
                     Violeta Hensy de Gainza

“La actividad creadora del músico es un proceso de aprendizaje en que maestro y alumno son una única persona.”

                      Carlos Fregtman




En la improvisación libre no precisamos más que nuestros conocimientos y experiencias, y partimos siempre desde allí. La música libre es una retroalimentación positiva, un círculo de educación ascendente en el proceso infinito de nuestra evolución, en donde la motivación es sorprendernos a nosotros mismos, superando obstáculos y disfrutar creando la música que queremos escuchar.
Uno experimenta materiales y sonidos y de estos se selecciona un conjunto de elementos, como la paleta del pintor, para diseñar a gusto nuestra improvisación.
Al manipular un instrumento, surgen métodos y sonidos que nos agradan y asimilamos para luego utilizarlos en nuestras improvisaciones. Estas nos muestran en la práctica lo que sirve y lo que no en la creación continua de nuestra música.
La evolución del músico libre se da naturalmente a través de la práctica de la improvisación libre. Cada cual hace su música de acuerdo a sus habilidades innatas y adquiridas, y las propias posibilidades van aumentando a medida que se avanza la práctica.
Experimentamos, nos dejamos llevar por nuevos caminos y adquirimos más habilidades. Luego la música termina, pero todo lo aprendido servirá de material para nuevas improvisaciones libres.
Es como viajar, cocinar, el amor, el sexo, jugar al ping-pong o cualquier otra disciplina, actividad, deporte o meditación:
Sólo se aprende y se avanza en el “hacer”.










Malabaristas sonoros



        “El modo zen de la caligrafía, es escribir de la manera más directa y simple posible, como si fueras un principiante, sin pretender hacer algo perfecto o hermoso; se trata simplemente de escribir con mucha atención como si estuvieras descubriendo lo que escribes por primera vez. Entonces toda tu naturaleza estará en tu escritura.”

                                Shonryu   Suzuki


"La mano del pintor vuela, y enamorada de su propio movimiento, dibuja formas que aparecen espontáneamente"      
    
                                     André Bretón.




La improvisación es como hacer malabares con los sonidos, es ir a la velocidad del acontecimiento. No parar ni analizar, intuir y seguir.
La música es un dibujo invisible en el aire y el instrumento, tu pincel, tiene que moverse rápido en todas las direcciones, pues el sonido no perdona, viaja pegado al tiempo y nunca retrocede.
Las modificación de los sonidos y el degradé de las formas surgen de un estado alterado de conciencia donde la toma de decisiones se hace más intuitiva e inmediata, desde un inconciente en donde todo fluye en un devenir sin impedimentos.





ojos cerrados
oídos abiertos
y manos sensibles
sobre el instrumento

comienzo
con un sonido
me dejo sorprender,
y continúo
buscando
sin saber a donde ir.

diseño formas móviles
invisibles
desde el caos

me pierdo
y me transformo
en sonido

llego hasta
donde las palabras no pueden…

                            




“El vuelo no va a ningún lado, sube, arde, sorbe el espacio, irradia y afirma nuestro desesperado saber de la esperanza.
¿Cómo hemos de saber a donde nos lleva, si sólo podemos ir verdaderamente cuando vamos a donde no sabemos?
No hay adonde para el vuelo; sólo hay subir, sólo hay altura.”

                          José Pedro Díaz. 1957













Música libre

A partir de la improvisación libre, una persona que se creía inútil en la música, puede hacer música. Un iniciado encuentra que no hay parámetros de bien o mal, que no hay una fórmula que repetir, que la fórmula la crea él con sus habilidades, encontrando nuevas herramientas que le permitan superar nuevos obstáculos; y así evoluciona, como también evoluciona su autoestima como creador musical, y va dándole forma a su propio y único método de encarar, crear y disfrutar la música.

Primero, para que un músico se comunique libremente con otro, sin proponer estructuras prefabricadas esclavizantes, tiene que “volver a hacerse” un músico libre. Este proceso previo consiste en el auto-conocimiento de la propia naturaleza innata, en la voluntad de experimentar, de escuchar atentamente, jugar, evolucionar, y crear a partir de nuestras limitaciones y posibilidades.
Libres, sin la intervención directa de otros músicos que con sus formas musicales envejecidas alojadas en nuestro cerebro nos dicen que hacer.
Sólo así, creo, se puede regocijar y sorprender un músico: creando y no repitiendo. En el momento de tocar espontánea e improvisadamente, las influencias musicales externas son extremadamente positivas y necesarias, pero tenemos que tener cuidado con ellas, reciclarlas y no dejar que otros hablen por nosotros. Nos tienen que servir como inspiración para crear nuestra propia música. A partir de aquí, el músico puede empezar a construir su propio universo sonoro, generando su “bucle gozoso”, en el que crea, escucha, modifica y hace evolucionar la música que quiere oír en el momento.

Luego de crear y abandonar improvisaciones libres y efímeras para darle lugar a otras más evolucionadas por la práctica, luego de ser flexible y fluido como el agua, el músico puede juntarse con otros músicos libres en mutuo respeto y atención, con el fin de entrar en una comunicación sutil a partir de los sonidos y formas musicales que se entremezclan y fluyen hacia su desenlace.
Mientras más se conocen y practican los músicos de un grupo de improvisadores, experimentan más momentos de encuentro, de sinergia, donde sus egos y decisiones individuales, pasan a formar parte de una especie de “conciencia única” que le da forma a la esfera sonora que los rodea como a un todo.

Estos niveles de estados superiores de conciencia alterada a través del diseño sonoro invisible de la música y sus sonidos, sólo son posibles de alcanzar mediante la práctica individual y grupal, del proceso interminablemente cíclico de destrucción y construcción de nuevas formas de oír, tocar, crear, sentir y comunicarse.

Nuestra necesidad espiritual de libertad, evolución, juego e inter- dependencia con otros iguales y diferentes a nosotros, dentro de una diversidad sin jerarquías, es lo que nos motiva a emprender este viaje de descubrimiento sin fin de la magia de la música libre.




























MÚSICA SINÉRGICA







Música Sinérgica

1

“El otro completa el ser - el otro nos da la llave de la percepción de la unidad-del-ser.”
“…el Único y el otro deben encontrarse, fundirse y unificarse – para no fracasar en alcanzar y poseer todo aquello de lo que son capaces.”
  Hakim Bey  “Caos”                                                                                             


2

“Para que se establezca cualquier relación, un lado debe cantar. Después, el otro también canta. Así comienza una relación.
Ese “cantar” implica que un lado debe disponerse y exponerse a la relación. El otro vuelve a reiterar el ritual, pero con su propia interioridad, su propio canto. Así se construye un puente entre ambos.”

                                                                                  Egberto Gismonti

3

Un sonido, por más interesante que sea, aislado no dice mucha cosa. Se tiene que vincular con los otros, siendo él, pero moldeándose, modificándose para encontrarse con los otros.


                                                       4

Quien improvisa solo, busca el fluir de la forma. Quien improvisa en conjunto busca el encuentro con el otro; armar una forma entre más de dos dejándose llevar por el grupo en un contact-aikido-sonoro.



5

La sinergia puede aparecer en un “momento muerto” de un ensayo de una banda de música, donde los músicos “divagan” y no están tocando los temas a ensayar. Si surge, todos se dan cuenta, aunque no sepan como fue que sucedió.


6

Cuando los músicos no se encuentran entre ellos, es un desastre!
La música libre colectiva sufre la lucha de poderes de las personalidades que no logran encontrarse entre si y ponerse de acuerdo en seguir un mismo camino.


7

Puede que no haya nada más egocéntrico que un artista, pero cuando éste es un buen improvisador grupal, deja lugar a los otros para poder armar algo entre todos. Es flexible, no se siente tan importante; se siente parte de un cardumen, y ahí radica su fuerza; sabe que entre todos es mejor.
                                                       

                                                       8

En un cardumen de muchos músicos, aquel que se cree el líder y siempre insiste en que se sigan sus ideas sin escuchar ni acoplarse a los demás queda solo y aislado, hasta que entienda y deje espacio para la intercomunicación.
Un buen músico grupal arma con los otros en vez de crear estructuras esclavizantes. Se precisa ser dinámico y saltar de pasivo a activo, de yin a yang, de líder a base, de solista a complemento, ubicándonos en los espacios vacíos que los otros nos dejan; pero ellos también están cambiando de papel a cada instante!

9

Un individuo puede modificar el todo muy sutilmente, proponiendo un cambio de dirección del fluido musical, pero el cambio global de una situación musical a otra, se “decide” entre todos en la “conciencia única” del grupo en sinergia.
Si esa iniciativa no se percibe como un cambio hacia una nueva dirección, puede ser que quede relegada a insistir un tiempo, manteniéndose como elemento paralelo al fluido global, puede mimetizarse y entrar o desistir y disolverse.


10

La improvisación libre grupal es como jugar a la paleta en la playa: es necesario que exista sincronía, comunicación e igualdad de talentos. No sirve de nada si uno juega mejor que otro, pues tiene que tratar de darle la pelota a su compañero lo más fácil posible y su compañero a él. Es aquí donde surge la sinergia entre los dos, como un estado de súper-fluidez de la pelota y los jugadores, donde todos lo elementos que intervienen en el juego se unifican en una danza continua sin quiebres.


11

La música sinérgica es un estado de inspiración global del grupo, en donde la “musa” conecta en red las diferentes energías individuales de los músicos a la “conciencia única” para que se potencien entre ellos.

12

“Fluye como el agua, refleja como un espejo y responde como un eco.”

                                                                                           Chuang Tse
13

Todavía no sabemos cuales son los factores que hacen que surja la sinergia (ni tampoco queremos saberlo nunca!), ella aparece espontáneamente, cuando quiere, en el momento menos pensado. Esa es parte de su magia; no se puede buscar; sólo se pueden recorrer los caminos y ver si nos cruzamos con ella, aunque con nuestra actitud podemos crear las condiciones para que se de. Se puede viajar por varios países sin tener siquiera un momento de iluminación, o éste puede sorprendernos al cruzar la esquina. Quien puede saberlo?
Ella surge de las profundidades de lo desconocido y se apodera de nosotros. Sólo podemos seguirla. Cuando tomas conciencia en el sueño de que estás soñando, es muy probable que te despiertes, y paff!!, te caíste del pony. Lo mismo ocurre con la sinergia musical; siendo un estado de trance, ante cualquier intervención de pensamiento del tipo: “esto está ocurriendo”, ella se desploma y se vuelve ofendida a  las profundidades de lo no-manifestado. Estos momentos son gemas valiosas, pocas veces se dan en la vida y pocos músicos lo experimentan.


                                                      14

“La mente grupal es poderosa: el cardumen. La orquesta no es un cardumen, es la esclavitud de los peces por una sola mente: la del pulpo, que con su obra, hipnotiza a los pececitos. Él es el enemigo de los monos Casimiro. Sin libertad no hay creación.”

                                                                                  Macaco Casimiro
















Vida y muerte de una improvisación sonora grupal,
                                                                    por Grga Pratakovich




Nacimiento

Ella nace del silencio, el más respetado pues es la matriz oculta de los sonidos que irán a aparecer. Surge un sonido, comienza la escena.


Fase de consolidación

Se buscan coherencias: se establecen diálogos, se acoplan parámetros individuales, se proponen sentidos. Se tiende hacia un orden pero no se sabe a que orden. Las partes individuales no permanecen con su sentido y más bien lo mutan levemente para acoplarse con su entorno. Lo aliado triunfa sobre lo individual. Para mantener coherencia grupal cuando cada parte anima al caos existen refugios de orden: el ritmo, la tímbrica, el volumen, etc.…


El Bucle

Si observamos con atención la vida de una forma musical, podemos percibir su pasaje de lo fluido a lo particulado.
Este pasaje se da entre un estado caótico del movimiento fluido de los sonidos, a un estado donde estos se arremolinan y se acomodan momentáneamente, generando una forma repetitiva que llamamos “loop” o bucle.


Fase de mutación

Cuando se consolida un sentido grupal se puede escuchar con deleite lo que vive, repitiendo nuestro loop o navegando nuestro fluido. Comienza un estado de escucha y creación simultánea donde se está en equilibrio dinámico y precario; la mutación debe ser tan leve como nuestra pericia nos lo permita. A veces un cambio de estado brutal cambia el sentido grupal en un instante, pero la coherencia permanece. La concentración permite el trance, luego los cuerpos son música....


El degradé del bucle

El degradé es el proceso por el cual el bucle cambia progresivamente su identidad desintegrándose en un nuevo fluido musical.
Hay que conectarse a la metamorfosis de la música, estar atentos a lo que ocurre en cada milisegundo, al eventual cambio de dirección de los sonidos hacia un próximo bucle o a la disolución total de las formas en el silencio de la no acción.


Decaimiento y finales

Algo se tensa y explota, algo se agota y muere. Todos sabían que en algún momento “eso” iba a terminar pero no sabían cuando…
El silencio final se tensa hasta que también se quiebra y todos los cuerpos se descontrolan; ya no son música y se ríen o comentan, o resoplan y suspiran.


Los parásitos

Típico de algunas muertes, es la aparición de parásitos; el final no fue entendido o no quiso ser respetado.
Los parásitos buscan un acoplamiento que ya no existe, están desnudos casi de estructura y lucen patéticos tan cerca del silencio, pero pueden ser lo suficientemente pegajosos como para alzar otros seres, y si la energía grupal aún está intacta, producir una nueva improvisación.









Los parásitos y la muerte de la música


Los parásitos son las ideas, formas y sonidos que crecen cuando la estructura musical se descompone.
Cuando se prevé la disolución del fluido musical y casi todos los improvisadores creen haber llegado al final del proceso creativo, los parásitos son iniciativa de alguien del grupo que considera interesante continuar tocando. Este fenómeno en manos de improvisadores poco experimentados o egoístas suele ser interminable, y como no están conectados entre si en una “conciencia única”, nunca llegan a ponerse de acuerdo en cuando “matar” la música. Un parásito puede engendrar nueva vida al grupo, pero éste morirá de inanición pronto si el colectivo decide que el final ya llegó, que fue un desenlace maravillosamente bello, donde todo agregado es redundante y hasta puede resultar molesto.

*
Un momento de éxtasis en la creación grupal de la música es cuando TODOS sienten que es el fin, y están de acuerdo en no continuar, en dejar especio al silencio de la no-acción. Todo esto sin palabras, sin gestos, cada uno controlando su instrumento y escuchando atentamente  con los ojos cerrados lo que sucede a cada segundo, formando parte de la conciencia única y moviéndose en sinergia con el cardumen.
Mientras más intensa es la compenetración en el colectivo, más intensa es la sensación de plenitud en el momento del desenlace final, haciéndose totalmente necesario un merecido descanso, disfrutando de la paz del silencio que todo lo absorbe...

“La sombra de las alas no se percibe ya sobre la tierra; el aire no ofrece estela que atestigüe el vuelo; el ardor de su latido consumió su materia visible y todo retorna a su verdadero e invisible fundamento”
                           
                           José Pedro Díaz. 1957
















                                    Epílogo

A LA ILESA NO LE IMPORTA BACH!!!
(SEGUNDO MANIFIESTO CASIMIRO)






A la ILESA no le importa Bach!!!
(Segundo manifiesto Casimiro, 2009)

La  improvisación libre experimental sonora autodidacta (ILESA) es nuestra filosofía y el camino que seguimos en la búsqueda de la magia de la música. La ILESA:

  • Es hacer la música que uno mismo quiere escuchar. La recompensa es inmediata, no necesitas que nadie te adule.
  • No quiere repetir lo que otros ya hicieron, quiere crear siempre cosas nuevas.
  • Es un juego de niños, es arte bruto, naïf, lejos de los cuestionamientos intelectuales académicos.
  • No lee partituras, pero aprende de escuchar todos los sonidos y músicas. La influencia del mundo exterior entra por ósmosis y afinidad, y sale distorsionada.
  • Sólo acepta docentes que formen músicos libres, que guíen EN la música, construyendo todos juntos como iguales.
  • Se escucha mejor con los ojos cerrados y el cuerpo danza con ella.
  • Puede surgir en cualquier momento y lugar, pero se aleja un poco de las luces de los shows.
  • Busca instrumentos sencillos y directos y personaliza la forma de tocarlos. Le gustan los juguetes y el lixo*, golpear una lata o acariciar una copa.
  • Se perdió en el silencio cuando cesó el movimiento que la generaba. “La mejor improvisación nunca fue grabada”. Si se graba, ésta muere como un pájaro en cautiverio.
  • Es como hacer el amor; sólo se mejora con la práctica en sinergia con el otro


* Basura.
















Apéndice

FENG SHUI SONORO Y MANIFIESTO CONTRA LA AMPLIFICACIÓN




Feng Shui sonoro y manifiesto contra la amplificación

 1

Organizando un festival, pude ver la dependencia de un evento sonoro y sus músicos hacia los aparatos de audio.
Estos son brutos, pesados, ruidosos y caros.
La amplificación muchas veces incomoda, es violenta, y no percibe el Feng-shui sonoro.
Sentimos que el paradigma del audio no nos representa, no nos hace falta y nos entorpece en nuestra búsqueda metafísica del sonido y su magia.
En tiempos ultra masificados, volvemos a la acústica natural, al microsonido, a la experiencia directa de la música.
Las características acústicas de cada lugar y su Feng shui, determinan y modifican la música que surge en él.
Un improvisador con experiencia, es conciente de esta influencia, y modificando a cada momento la energía circundante con sus sonidos, ejerce un poder sutil, pudiendo generar estados alterados de conciencia en si mismo y en los demás.

 2
(Nuestra propuesta)

Cuando nos juntamos a tocar, nos sentamos en una alfombra y tiramos sobre ella varios objetos sonoros de una caja o una mochila. Si hay instrumentos con parlantes, se intenta que no superen el volumen sonoro de los objetos acústicos. La mezcla de todos los sonidos se da en el aire controlando nuestro volumen, y la reverberación del lugar es nuestra amplificación natural. Como los grillos que buscan la potencia de su sonido en los garajes.
Como es evidente, en este tipo de encuentros de música libre no hay lugar para el escenario*, y el público, si es que existe aparte de los músicos, es reducido a un mínimo de “afortunados” escuchas activos, siempre invitados a formar parte de la música grupal.

*Ver “Manifiesto contra el escenario”, por Francisco López.